Listado de metas


Hay que tener completamente claro lo que se quiere en cada momento.
¿Qué quieres? ¿Estas seguro de ello? ¿Podrás conseguirlo? ¿Te confundirás en el camino? ¿Te desviaras del tramo que tienes que recorrer? ¿Serás feliz al conseguirlo todo? ¿Y si sos más feliz sin conseguir nada, solamente con lo que tienes? ¿Tendrás que apartar gente de tu lado porque estorba?

Se pueden tener todo claro y presumir de ello “soy una mujer/hombre que sabe perfectamente lo que quiere en cada momento” bla bla bla.
Pero tenerlo claro no implica que todo te salga tal  y como quieres desde el momento en que hiciste la dichosa “Lista de metas”.
Los seres humanos tenemos la manía  de ponernos “metas”, creo que será por una actitud de ver que así logramos superarnos  nosotros mismos y cuando no las conseguimos nos sentimos terriblemente fracasados. Excepto que en el camino de la meta surja “algo o alguien” mejor de lo que teníamos pensado que sería bueno.

1-Terminar los estudios
2- Conseguir un buen trabajo donde nos valoren o porque no montarnos nuestra propia empresa
3- Comprar nuestra casa o bueno si no se puede de momento alquilarla
4-Encontrar a esa persona que nos deje sin respiración con una mirada y que nos la devuelva con un simple beso
5- a lo mejor pensemos en casarnos
6- tener unos buenos cimientos de pareja y economía
7- Y  porque no, mas adelante tener un hijo, dos, tres o los que se pueda y quiera.
Aclaración: (las metas varían depende cada persona, digamos que estas podrían ser las mías propias)

Y si  se desordena la supuesta “lista de metas”  si el nº 4 pasa a ser el nº1 o si el nº7 pasa a ser el nº 2 “el orden de los factores no altera al producto ¿Qué producto tiene tu vida?
No puedes terminar de estudiar por X motivos (económicos, familiares, sociales, culturales, etc.), Te pones a currar, pero no te valoran, es más, te rebajan para creerse mejores.
Sigues para delante porque bueno, no te enseñaron a agachar la cabeza y porque obviamente no hay más.
Mientras trabajas, te planteas el volver a estudiar, te lo propones y lo consigues, tarde, pero mira Tienes tu primera meta acabada…
Te echan del “buen trabajo” que tenias por reducción de personal y como has sido la ultima que entro, “ala, te toca”. Buscas otro empleo, pero esta vez cambias de profesión, ya que en aquella que estabas no te valoraban del todo, lo mismo ahora con los estudios terminados apareces y besas al santo…
Encuentras otro empleo, pero no te da  dinero suficiente, ni para alquilar así que mejor ni hablemos de comprar (y por si la suerte acompaña,  pasas un día a la semana por las “loterías y apuestas del estado” a lo mejor….. toca) y… sigues trabajando para al menos poder tener tus cosillas mientras sigues compartiendo vivienda con tus padres que son lo mejor del mundo, claro está, pero necesitas ya tu espacio.
Te atreves a estudiar una carrera, un curso, algo que te guste. Lo haces con todas las ganas del mundo, proyectas las ultimas metas que te quedaban en eso, pones toda tu fe, esperanza en que la cosas mejoren en esos libros de texto, la haces la terminas y… zas! En toda la boca… te “estafan”, tus estudios no sirven de nada, y solo te quedada cagarte en tu maldita ignorancia ante las empresas que se llenan de dinero con las metas fracasadas de otras personas.
Bueno… sigues adelante que ya… saldrá algo mejor.
Encentras curro, siguen sin valorar tu empleo, pero mira has podido adquirir un vehículo, tragando el trato nefasto que te daba tu jefe, pero al menos ya tienes independencia de movilidad.
Te creías que la meta resuelta en tu vida era el amor, que te acompañaba. Por suerte tenias ese compañero que te ayudaba en todo. Pero un día hablando, te diste cuenta que tenían las mismas metas solo que El,  con dos cojones, quería seguirlas a rajatabla sin saltarse ningúna coma ni punto y como tú ya te  habías saltado unas pocas ... no dabas crédito a lo que escuchabas y cometiste el acto más suicida de todos “Tomar decisiones permanentes por culpa de emociones temporales” Y… ahí te ves.
Seguimos avanzando, hacemos un viaje al pasado para desconectar, concretamente volvemos  a los 15, para volver a sentirte esa persona que no tenía ningún límite y que quería todo en su vida sin importar lo que costara conseguirlo. No tenias responsabilidades y tus amigos estaban igual que cuando les habías dejado. Pero… ¡hay que volver a la realidad!, regresas arrepentida de lo que hiciste anteriormente pero el orgullo, que no se por quien fue creado ni para que, te da en toda la cara.
Bueno, otros pasitos más adelante… ¿adelante? Sin empleo, sin estudios útiles, sin amigos verdaderos, sin pareja… ¿Eso era seguir adelante?
Por si acaso eso formase parte de una ley de vida, sigues con una sonrisa en la cara, que eso si, llorar no vale de nada.
“Un día puede cambiar todo”. Y lo cambia.
Conoces a otra persona, piensas que las cosas van encaminadas, que es la persona de tu vida, ahora si tiene todo buena pinta, tienes compañía, has conseguido un nuevo aunque pequeño empleo, conoces gente nueva...
Y saltando el orden de metas, dejas que aparezca un hijo en tu vida, la mejor decisión que has podido tomar. Pero después de unos meses, tu decisión se convierte en estorbo para otros y decides seguir adelante sola, como siempre hiciste.
Y te encuentras, sin empleo, sin pareja, sin casa, sin dinero, pero con una preciosidad entre tus brazos que no entiendes como sin hablarte , solo llorando, comiendo, meando y cagando podía sacarte cada día miles de sonrisas, si cuando te parabas a pensar, estabas enterrada hasta el cuello o más.
El tiempo pasa, esa pequeña persona crece y cada vez te hace más feliz, encuentras la familia que querías formar, en el hogar de siempre, en tus padres, hermanos y tu hij@.
Cuando crees tener todo superado y te olvidas de tus metas anteriores, para volver a rescribirlas echando nuevamente a un lado la pareja y poniendo solo la meta  de un trabajo estable para poder vivir con tu miniyo y darle todo lo que necesite.
Aparece el destino y te reta, pone ante tus ojos lo más maravilloso que creíste encontrar, no solo lo pone ante tus ojos sino en medio de tu camino para que lo cojas y lo lleves contigo, lo haces de corazón, sin poder controlar tus sentimientos y después de un tiempo… el destino convierte a esa perfección en piedra para que tropieces.
Y puf ¡que caída! 
Levantas, con pocas fuerzas ya,no lloras porque simplemente no tienes mas ganas de llorar por nadie que no te valore, superas, vuelves a cambiar tus metas y  tachas otra vez la pareja en tu vida porque la perfección no era del todo perfecta como tú creías.
Sigues, sigues, sigues y sigues adelante. ¿Con que meta esta vez?
La de ser feliz como sea.

Vive momentos, aprende de las caídas, da segundas o terceras oportunidades a quien tu creas que se las merezca, haz todo lo que te apetezca en cada momento y no calles lo que tienes dentro, que mas tarde o más temprano saldrá a la luz


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