Navidades Pasadas


En estas fechas… las fiestas...
De pequeña recuerdo la Navidad en nuestra casa con toda la familia reunida en la mesa rectangular del salón.
Mis padres preparaban todo, El se encargaba de la cena, Ella del postre y la decoración, mientras mi hermano estaba en su dormitorio jugando con su ordenador y yo jugaba con mi vecino de enfrente que éramos carne y uña.   Sobre las 9 de la noche, llegaban mis abuelos, Ella traía un recipiente lleno de ensalada de fruta casera, El un vino o champán, y una bolsa llena de regalos que Papa Noel había dejado en la casa de mis abuelos para mi hermano, para mis primos y para mí.
Detrás de mis abuelos, llegaba mi Tía materna y mis primos pequeños, Yo solía ser la “niñera” mientras los adultos hablaban y terminaban de cenar… me encantaba el papel de niñera.
Cuando todos acabábamos de cenar, a las 12 de la noche brindábamos con champán.
A mi padre le gustaba hacer una gran pirámide de copas, una sobre la otra, llenar la copa de la punta de pirámide y hacerla rebalsar para que llene las demás copas.
Me encantaba verle hacer este tipo de “payasadas”  mientras mi madre refunfuñaba contra el porqué le rompería toda la cristalería. Al final, ella tenía razón, uno a dos copas siempre se rompían.
Cuando cada uno tenía su copa, brindábamos todos juntos ¡FELIZ NAVIDAD!, nos llenábamos de besos y abrazos.
Luego, los más pequeños,  uno a uno cogíamos un regalo de los pies del arbolito de navidad y se lo entregábamos a su dueño, así hasta terminar con todos.
Como era lógico, nosotros (mi hermano, mis primos y yo) nos quedábamos jugando con lo que Papa Noel nos había traído, mientras los “grandes” seguían bebiendo, riendo mucho, hablando demasiado y comiendo todo tipo de turrones, frutos secos, y postres. A lo largo de la noche llegaban amigos de mis padres a saludar, quienes se terminaban sentando a lo largo de la mesa y se unían a la “fiesta”
Todos nos acostábamos tardísimo, daba igual la edad que teníamos, esa noche, todo valía.  

Pasaron casi 20 años de esas fiestas, y aun recuerdo, como si hubiese sido ayer, la ansiedad con las que esperaba la Navidad.
Estas fechas para mí siempre fueron un símbolo de familia y amigos, esos amigos que forman parte de tu familia.
De chica mi ansiedad era por abrir los regalos de Papa Noel y saber si me había traído lo que le había pedido. Cruzaba los dedos porque no se enterase de mis travesuras así podría recibir lo que realmente había pedido.
Pero, los años pasan y ahora reviviendo estos recuerdos, me encantaria volver a pasar unas fiestas en familia, todos juntos otra vez.

Daria años de mi vida porque mis abuelos cascarrabias y radiantes de felicidad al mismo tiempo, conozcan a su bisnieta y poder cenar todos juntos. Mis primos y sus novias/os, mi tía igual de amiga que siempre, mis padres unos perfectos anfitriones, mi hermano un tío ejemplar y mi hija disfrutando de los regalos de Papa Noel con la familia al completo …

                 Abuelos ...

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